El gatopardismo hindú

por María Victoria Ubeda

BANGLADESH_-_0608_-_Visita_Modi_(F)

En abril y mayo de 2014, se celebraban en India las elecciones generales registrando un record de participación del 66,3% con 551 millones de votantes. Los resultados arrojaban que el partido opositor Bharatiya Janata (BJP), encabezado por el nacionalista hindú Narendra Modi, había conseguido una victoria histórica en las elecciones generales que concluían después de más de un mes de votaciones.

La Alianza Democrática Nacional que lidera el BJP había logrado más de 330 escaños, superando ampliamente la mayoría absoluta.

El Partido del Congreso, por su lado, ni siquiera lograba el 10% de los escaños. Esta tremenda derrota en las urnas es el reflejo de la pérdida de credibilidad que ha sufrido el partido tras verse involucrado en escándalos de corrupción y a su vez, el modo que han encontrado los votantes para castigar al mismo por la desaceleración económica, la alta inflación y una falta de liderazgo de sus líderes.

El entrante Primer Ministro Narendra Modi- de 63 años, gobernador del estado de Gujarat y antiguo vendedor de té- que se declaraba orgulloso de ser fundamentalista hindú, prometía mejorar el suministro de electricidad, las carreteras y los trenes para reactivar el crecimiento económico, hacer reformas fiscales y laborales, así como facilitar la entrada de la inversión extranjera y crear 10 millones de empleos anuales para el país que en una década sobrepasaría a China como el más poblado del mundo.

Pasado más de un año de su elección, podemos ver como Modi ha dado prioridad a las relaciones internacionales, realizando visitas a una gran cantidad de países y recibiendo a líderes relevantes, con el objetivo de que la India sea percibida como un país serio y un socio económico fiable.

Más allá de la imagen que Modi busca reproducir de la India, la misma sigue mostrando cifras de discriminación y violencia contra las mujeres impropias de un país que aspira a ser percibido como potencia mundial. Evidentemente, las políticas de apoyo a la mujer no parecen ser una prioridad para Narendra Modi.

Los proyectos para afrontar la compleja situación a la que deben hacer frente miles de mujeres en la India, son muchos y muy buenos. Por lo tanto, no estaríamos frente a un problema de falta de propuestas sino de carencia de voluntad política para hacerlas efectivas.

Como bien sabemos, en todo régimen democrático el pueblo gobierna por medio de sus representantes, e India al constituirse como la democracia más grande del planeta, con 813 millones de potenciales electores, no es la excepción. Ahora bien, ¿qué sucede si son los mismos representantes los que reproducen un discurso sexista y discriminador?

Para finalizar brindamos un ejemplo ilustrativo: El pasado 8 de junio, el Primer Ministro indio, Narendra Modi, mientras se encontraba en una visita oficial en el vecino país de Bangladesh realizó una desacertada declaración al decir: “El mundo no ha encontrado aún la solución sobre cómo resolver el problema del terrorismo. Incluso las Naciones Unidas no se encuentran en posiciones de proveer una guía sobre cómo hacerlo. Estoy feliz de que la Primer Ministra de Bangladesh, a pesar de ser una mujer, haya declarado abiertamente su tolerancia cero al terrorismo. Me gustaría agradecer a Sheikh Hasina por su coraje para luchar contra el mismo.”

 

Deja un comentario