por Bianca Concatti
La República de la Unión de Myanmar, antigua Birmania, fue gobernada por una junta militar desde 1962 hasta el año 2010. Subsecuentemente fue reemplazada por un gobierno civil respaldado por militares, el cual implementó algunas reformas tales como la liberación de prisioneros políticos y la abolición de la censura a los medios de comunicación. Sin embargo, recién en noviembre de 2015 se celebraron los comicios que trajeron formalmente la democracia al país y el ascenso al poder de la Liga Nacional para la Democracia, liderada por la Premio Nobel de la Paz 1991, Aung San Suu Kyi.
De esta manera, Myanmar comenzó una nueva era con un gobierno democráticamente elegido, que pretende avanzar en sus propósitos de fortalecer su transición política y reactivar sus relaciones internacionales. Esto se ve reflejado en las visitas que realizaron los cancilleres de China, Canadá, Italia, Japón, Turquía, Francia, el primer ministro de Singapur, el titular del Banco Asiático de Desarrollo y el mandatario de Mongolia, entre otros, en lo que va del año 2016. En estos encuentros, los mandatarios de los distintos países y organismos prometieron apoyar la transición democrática, a fin de consolidar el cambio logrado en las urnas y el desarrollo socioeconómico del país asiático.
A su vez, en mayo de 2016 se celebró en Sochi la cumbre Rusia-ASEAN, donde la consejera de Estado y canciller de Myanmar Suu Kyi expresó sus deseos de impulsar los vínculos con las naciones vecinas y trabajar más por el éxito de las tareas del desarrollo. De hecho, los avances más importantes se vislumbran en el acuerdo entre Tailandia y Myanmar para duplicar el intercambio comercial y cooperar en materia de defensa. Pero también en el caso del Banco Central de Myanmar, que otorgó una licencia al Banco de Inversión y Desarrollo de Vietnam (BIDV) para abrir una sucursal en la ciudad birmana de Rangún, donde además se emplazará una agencia sudcoreana para apoyar a las empresas de este país en el acceso al mercado birmano.
Con todo esto se puede ver que la nación del Sudeste Asiático vive una etapa activa en sus relaciones exteriores. Sin embargo, los problemas heredados de más de cinco décadas de administraciones militares y las tareas asociadas a la paz y reconciliación nacional, fijadas como las máximas prioridades, dejan poco espacio y tiempo a las autoridades para implementar una política exterior más abarcadora.
El gobierno necesita todo el apoyo posible para impulsar la reconciliación nacional, como paso necesario en el camino de reconstruir el país y combatir la pobreza, entre otros retos. Cabe recordar que se trata de un país multiétnico con conflictos armados iniciados hace décadas y donde la paz todavía está por alcanzarse. De hecho, recientemente un grupo de budistas destruyó una mezquita y decenas de casas, pertenecientes a la comunidad rohingya, un poblado musulmán, cuyos miembros son considerados inmigrantes de Bangladesh, por lo que no cuentan con documentación ni derechos legales. Además, a la violencia entre algunas comunidades étnicas se le suman los problemas vinculados con el terrorismo. Es por ello que la Oficina de las Naciones Unidas sobre Drogas y Crímenes (ONUDC) está asistiendo a Myanmar para mejorar su capacidad en la lucha contra las actividades terroristas en Asia.
La nueva dirigencia del país se enfrenta a una pesada carga heredada del pasado reciente. A pesar de ello, deben destacarse los esfuerzos por consolidar la democracia y por seguir mejorando las relaciones internacionales con los países del Sudeste Asiático y del mundo; y al mismo tiempo encaminar la nación hacia la solución de los conflictos internos, para lo cual se tiene previsto realizar la Conferencia Federal de la Paz a fines en agosto de 2016.
Fuentes:
http://prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=5051561&Itemid=1
http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=5000301&Itemid=17
http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=5037171&Itemid=13
http://es.vietnamplus.vn/cooperan-myanmar-y-onu-en-lucha-contra-terrorismo/64036.vnp
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